Hay miles de cosas que todos sabemos, pero no decimos o comentamos con los demás. Son muchas cosas sobrentendidas que simplemente pasan a ser una especie de “mundo rutinario” personal. De pronto tendrá que ver con la intimidad de cada uno, de pronto será algo de tabú, capaz es cuestión de no hacerle juego a lo absurdo que podemos llegar a ser. Existen momentos de ocio, momentos débiles, situaciones vergonzosas (pero a la vez agradables), heroísmo, masoquismo, etc. La mayoría de esas situaciones pertenecen a una especie de ritual cotidiano que cada uno amasa a su modo. Yo, por poner un ejemplo, todas las noches antes de dormir me saco los mocos. Aunque parezca algo cochino, más bien es placentero; sobre todo cuando uno de ellos está bien adentro y cuesta “pescarlo”. Instintivamente ese tipo de mocos se convierten en un desafío que te mantiene entretenido y estresado durante 5 minutos.
Así es como surgen miles de situaciones en nuestras vidas “secretas”, que se convierten en esos rituales que tanto nos llenan de placer y, aunque no lo creas, marcan la diferencia. Muchas veces, estos ritos dependen de nuestro organismo. Caso ejemplar, ocurre en una persona que se tarda mucho tiempo cagando. ¿Qué hacer para pasar el tiempo en el WC? Existen diversas técnicas aprobadas por todos los cagurrios a nivel mundial. La clásica por excelencia es llevarte una revista y simplemente hojearla (porque eso de andar “pujando” desconcentra un poco los ánimos de leer). Enramado en la familia de las revista, encontramos los archiconocidos crucigramas, y así un sinnúmero de técnicas convertidas en especie de “ritos” personales.
Cantar a todo pulmón mientras estás solo en el carro, echarte un peo cuando estás en la cama y meterte debajo de las cobijas para disfrutar de su olor, rascarte las bolas y luego llevarte los dedos a la nariz, oler los zapatos deportivos después de una gran sudada, soplarte contra un espejo tu mal aliento mañanero, etc., etc., etc. ¿Cuáles son tus “rituales”?
Así es como surgen miles de situaciones en nuestras vidas “secretas”, que se convierten en esos rituales que tanto nos llenan de placer y, aunque no lo creas, marcan la diferencia. Muchas veces, estos ritos dependen de nuestro organismo. Caso ejemplar, ocurre en una persona que se tarda mucho tiempo cagando. ¿Qué hacer para pasar el tiempo en el WC? Existen diversas técnicas aprobadas por todos los cagurrios a nivel mundial. La clásica por excelencia es llevarte una revista y simplemente hojearla (porque eso de andar “pujando” desconcentra un poco los ánimos de leer). Enramado en la familia de las revista, encontramos los archiconocidos crucigramas, y así un sinnúmero de técnicas convertidas en especie de “ritos” personales.
Cantar a todo pulmón mientras estás solo en el carro, echarte un peo cuando estás en la cama y meterte debajo de las cobijas para disfrutar de su olor, rascarte las bolas y luego llevarte los dedos a la nariz, oler los zapatos deportivos después de una gran sudada, soplarte contra un espejo tu mal aliento mañanero, etc., etc., etc. ¿Cuáles son tus “rituales”?