jueves, 24 de diciembre de 2009

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Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que me atreví a escribir. La razón, no la conozco a ciencia cierta; sin embargo presumo que tiene mucho que ver con todas las cosas que han pasado en mi vida últimamente. En este sentido, imaginarme empezar a escribir unas líneas, probablemente desencadenaría una serie de tristes anécdotas atravesadas en el corto camino que, contrariamente, fue el más largo año de mi vida.

Entiendo que en este momento cualquier lector esté pensando que me convertí en un “Emo” o que tal vez, antes de escribir pendejadas depresivas, debería ir directo a un psicólogo. En ese caso, supongo que se imaginarán que me sabe a mierda.

Luego de la absurda acotación, continúo escribiendo intentando darle toques picantes a la tristeza que de vez en cuando consume las milésimas de segundos de un imberbe. ¿Por dónde empezar?, pregunta que ya me hice alguna vez al escribir un viejo post. Este año se ha caracterizado por no tener pies ni cabeza. Si nos detenemos un instante a ver qué tenemos alrededor, probablemente neguemos la situación con un leve movimiento de cabeza. Delincuencia, Insalubridad, Desorden, Basura, Contaminación, Abuso, Corrupción, Odio, Envidia, Ruido, Llanto, Hambre… Creo que en vez de seguir listando palabras, es mejor resumirlas todas en una: Venezuela. ¿Cómo coño podemos vivir así?. Ya ese será otro tema de discusión más adelante.

Unido a todo lo anterior, dos de tus seres queridos cercanos parten de este mundo a vivir la plena felicidad. Pero ¡coño!, qué dolor tan arrecho vivo por su ausencia. Uno siempre juzga las situaciones “injustas” de la vida; como por ejemplo frases así: “era tan bueno y de pronto murió; no es justo”. Pero tal vez lo más justo que puede existir, es que las mejores personas no vivan en este mundo tan rodeado de porquería. Los extraño.

(De pana, de pana, de pana, les prometo que no me metí a “Emo”).

Una tercera situación que me acojona las bolas es el fucking love. Pero como estoy muy grandecito para la gracia, no voy a andar ladillando a nadie con este tema tan cliché y nulo para un tercero. Pero sí, me pasó.

Al haber releído lo que he escrito, me doy cuenta que tampoco fui taaaaan “show”, pero que de cierto modo me desahogué un poco. Agradezco el tiempo que me regalas desde el anonimato para ser confidente de mis incoherentes situaciones que a veces tienen coherencia. Prometo que, de ahora en adelante, atenderé mucho más mi blog y escribiré pendejadas más absurdas que, sinceramente, te interesan más y no lo sabes.

Feliz Navidad.

viernes, 31 de julio de 2009

Ahora Twittero


Internet ha facilitado el drenaje de lo que pensamos o queremos expresar de alguna manera. Ayer abrí mi cuenta de Twitter, donde expresaré lo que me provoque y necesite decir al instante: www.twitter.com/esmasqueunjulio

viernes, 17 de julio de 2009

It Might Get Loud


Como probablemente habrás notado, nunca he "posteado" un video en mi blog. Tenía una especie de "política" de no publicar cosas que todos los Blogueros acostumbraran a poner. Pero de un momento a otro me di cuenta que no tengo personalidad y sentí la necesidad de poner un videito. Así fue que un día, un pana me pasó un link que mejoró mi día. Muchas gracias Cabezal de Guevo.



INFORMACIÓN AGREGADA EL 31 DE JULIO DE 2009:
Como el video fue removido por políticas que no entendí, acá les paso el Link:
http://www.youtube.com/watch?v=Rl9iS2egnC0
Saludos!!

jueves, 25 de junio de 2009

Un Día


Un día salgo del edificio. Voy rodando como todas las mañanas por la ruta habitual. Veo muchos fiscales de tránsito. Pienso que probablemente hay una caravana fúnebre de algún mal llamado “funcionario” de esos y, por tal motivo, hay muchos de ellos en la calle. Total que sigo mi curso y me pongo a escuchar The Beatles.

A los pocos minutos veo varios policías patrullando y me pregunté “¿será que también se murió un policía y va en la misma caravana fúnebre del fiscal?, ¡mierda!”. Y así rodé y rodé por el pueblito este, mientras estaba más entretenido por las notas de “Taxman”.

En una de esas que estaba en un semáforo, noto algo diferente y fuera de lugar. Eran como 20 personas limpiando una acera donde caben apenas como 10. Empecé a darme cuenta que las cosas no me cuadraban ese día, que había algo raro. Fue una sensación parecida a la que ocurre cuando sales de tu casa y sientes que se te quedó algo, pero no sabes qué. ¿Será que The Beatles me está poniendo a tripear?, pensé.

Bajé un poco el volumen y me tomé la molestia de mirar alrededor. ¡Sorpresa! Había gente por todos lados pintando paredes, limpiando islas, barriendo calles, tapando cráteres, sembrando árboles. Si hubiera tenido una taza de café, me la derramo en las bolas. Nuevamente me vino una pregunta al coco: “¿qué coño está pasando?”.

Me di cuenta que no estaba soñando un carajo. Estaba extremadamente sorprendido por tan majestuosa visual que tenía al frente. Sentí alegría, sentí curiosidad. Seguí la marcha hacia la oficina. Veo carteles por todos lados que promocionan cierta reunión de mandatarios latinoamericanos en Maracay. Entiendo todo. Mento la madre mil veces y continúo otras mil más.

Resulta que transitaba yo, por ese camino maravilloso, limpio, decente, desarrollado y soñado, por donde “pasearían” todos los mandatarios que iban a la reunión. Más tarde, me di cuenta que todas las demás áreas de la ciudad estaban igual de podridas, escoñetadas, sucias, cochinas y demás sinónimos. La delincuencia seguía igual, la corrupción idéntica, el descaro continuaba creciendo. Mento la madre unas mil veces más.

La recontra coñísimo de madre que parió la recontra coñísima puta política. Tengo 25 años viviendo en Maracay y nunca me le han hecho el cariñito que se merece. Pero de pronto, vienen unas cuantas personas de otros países a reunirse con otros cuantos de acá, y les llenan el camino de oro solo para que paseen 5 minutos por el. Me cago en una poceta.

lunes, 8 de junio de 2009

Peas


No hay nada mejor que reunirse con los panas a tomar algodón y hablar sobre cualquier pendejada que salga por ahí. Típico que siempre se hacen las preguntas de rutina, como por ejemplo, ¿cómo está el trabajo?, ¿y los culos, marico? O tal vez, las mujeres profundizan un poco más y cuestionan como ¿qué tal está la familia?, ¿cómo va aquello que me contaste la otra vez?, etc.

Dicho esto, se empieza un intercambio de palabras, cuentos, anécdotas o aventuras. Pero, apartando el tema político de shit, no puede faltar hablar de las rascas, prendidas, estados de embriaguez, peas o como se pueda llamar. Siempre comienza alguno hablando de la pea que se echó el otro. Y así sucesivamente, se van desenmascarando todos aquellos cuentos que, por alguna razón, nos guardamos o no queremos recordar. Es muy común escuchar frases como “…nojoda, dígame la pea que se echó este cabrón cuando estábamos en casa de José, que le vomitó toda la alfombra a la mamá. Que acaba trapo”. Inmediatamente, justo después de la frase, todos empezamos a reír como unos estúpidos. Si, como unos estúpidos. Si subo unas pocas líneas y me re-leo la frase, no encuentro en ella nada que de risa. Pero, ¿por qué hablar de las peas, da risa?, ¿por qué conmemorarlas?

No entiendo cómo podemos hablar por tanto tiempo de temas tan básicos como estos. Pero buscando puntos en común de los momentos donde se habla de las peas, me doy cuenta que siempre que se echan cuentos de rascas, por alguna razón todos estamos tomando algo alcohólico. Nos reunimos en un café a tomar Whiksy y en algún momento se toca el tema, vamos a casa de un pana a tomar birras y ocurre lo mismo. ¿Será el consumo de alcohol nos hace hablar del alcohol mismo?, ¿o será que somos demasiado estúpidos?

miércoles, 15 de abril de 2009

Quien soy?


Soy un poco sano
Soy un poco enfermo
Soy un rebuscado
Soy un mal negocio

Soy la oveja negra
Soy la cartelera
Soy la lengua rota
Soy la otra cara

Soy tu ave María
Soy tu otra historia
Soy tu viejo loco
Soy tu consentido

Soy el limpia botas
Soy el oro puro
Soy el que da risa
Soy el que pellizca

Quien soy?

miércoles, 21 de enero de 2009

Cosas


Inicia un nuevo año y siempre nos preocupamos por hacer las cosas mejor esta vez. Somos humanos y cometemos errores, pero a veces tenemos la delicadeza de reconocerlos, arrepentirnos y trabajar en función de evitar hacer cosas similares más adelante. De esta manera surgen metas en nuestras vidas; metas que todos los meses de enero de cada año, suenan más en el ambiente o están en el propósito fundamental del colectivo social.

La vida muchas veces juega bonito, pero en otras oportunidades la cosa se torna un poco fea. No existe una tesis específica que explique algún patrón de por qué la vida es blanca o negra.

Pensar que lo tienes todo, pero sin entenderlo te sumerges en un vacío inexplicable. Aburrimiento, pesadez, apatía, melancolía, monotonía, etc. Y de pronto intentas hacer algo al respecto pero te desilusionas enseguida. Como aquel niño que logró que sus padres le regalaran un Nintendo y al encender todo, se da cuenta que no le trajo ningún juego.

Supongamos entonces que, bajo aquel panorama, tu vida da una vuelta inesperada y empieza a cambiar todo para mejor. De pronto llega diversión, alegría, simpatía, emoción, sensación, dinamismo, color, etc. Empiezas a vivir intensamente nuevamente y todo parece que sale mucho mejor. Inmediatamente te olvidas de problemas y de obstáculos; despiertas animado y piensas hasta en lo bonito que es el techo. Descansas a plenitud y hasta te duermes bien tarde porque te empiezan a gustar demasiado los días. Es el caso del niño que tuvo un Nintendo con muchos juegos.

De un momento a otro te despiertas y sientes algo raro. No entiendes, pero sabes que se aproxima alguna cosa. Sin darte cuenta todo desaparece nuevamente. Se fue aquello y esto y lo otro. Reaccionas y te das cuenta que muchas veces los mejores momentos de la vida duran muy poco y hay que vivirlos intensamente. Hubo un cortocircuito y el Nintendo se dañó. Supongo que hay que ver cómo se repara; esa será una de mis metas. No entiendo nada. A veces provoca más bien ser una pulga.