miércoles, 1 de septiembre de 2010

Adiós Rutina


Siempre me pasa que estoy haciendo cualquier cosa idiota y se me ocurre escribir algo idiota. Sin embargo, en casi todos esos momentos pienso “mañana lo escribo en el blog”. Pasa que al otro día ni siquiera me acuerdo cuál era el tema en el que andaba pensando. Algo así como las veces que te levantas después de tener un sueño arrechísimo y a los 3 segundos no te acuerdas de qué coño soñabas. Frustrante.

Ahorita estoy haciendo algo en lo cual no debería estar pensando en pendejadas y, sin tener ningún tipo de interés, me dispongo a escribir sobre cualquier cosa. Tal vez es una manera complicada de decir que me siento “ladillado”. ¿Será que no soy capaz de soportar una rutina? Creo que la respuesta es “No” rotundo.

No sirvo para hacer todos los días las mismas cosas. Si quieres obstinarme o sacarme de onda, puedes intentar ser rutinari@ conmigo. Tal vez una manera de romper el hielo de lo cotidiano es hacer cosas como estas; escribir lo que provoca en el momento y ya. Pero por otro lado, se sabe que esto no es más que un “break” para, en unos minutos, regresar al infernal día a día.

Hoy estoy decidido a no ser más nunca un tipo rutinario, porque siento que es dañino para la vida de cualquier persona. Hoy me dispongo a innovar un poco más de lo que he sido y a intentar gozar de las cosas más simples y de las complejas también. Hay millones de cosas por hacer y muchas veces nos limitamos a las mismas.

A mamar, que llegaron las tetas.