LADÍLLATE CONMIGO

¿Cómo saber el momento de inspiración para escribir? Creo que no es muy necesario este término. De pronto la palabra clave en esto es amor. Sí, amor por la escritura. Tal vez otra palabra pudiera ser vicio. Aunque pienso que mi palabra clave es ladilla. Por lo general salgo de mi casa todos los días a las 7 de la mañana. De ahí en adelante paso todo el día sentado en una oficina coordinando ciertas cosas de mercadeo, hasta que golpe de 6 de la tarde levanto mis nalgas de la silla y salgo de la compañía. Esta explicación sugiere que no soy tan vago como parezco; es más, esto indica que soy un carajo ocupado.

Hoy es un día diferente, hoy no tengo mucho oficio. Resulta que mi carro esta jodiendo. Los frenos empezaron a sonar y me prende una luz en el tablero. “A la pinga”, pensé. “Tengo que llevar esta vaina al concesionario a que lo revisen. Después me mato como un guevón”. De pronto estás pensando que soy un pajúo porque pensé de una vez en el concesionario. Capaz tienes razón. Es más, tienes razón. Soy un bolsa. Todos sabemos que los concesionarios tienen los centros de servicio más piratas y tracaleros del mundo. Por lo general te cambian piezas, te dañan cosas para tener que pagarles mas, etc. Pero bueno, la tecnología a veces es jodedora y en este caso mi carro tiene que ser “escaneado” por una puta computadora que solo tienen los concesionarios Chevrolet. Así que heme aquí, sentado en la recepción de este centro de servicio. No tengo oficio, pero si tengo mi laptop. Enhorabuena, este momento es lo suficientemente ladilla para escribir y contar la manera en la que me encuentro ladillado. La cosa acá es por orden de llegada y yo tengo el numero 17. Mierda, tengo que esperar que le metan mano a 16 carros hasta que entre el mío. ¿Qué puedo hacer mientras tanto? Oler aire y escribir.

La idea de todo esto, es que mi ladilla trascienda. Que no se quede aquí conmigo y listo. El propósito de mi artículo es que compartas un poco lo que viví, es regalarte un poco de mi tiempo y que de alguna u otra manera evoques este sentimiento de aguevoneamiento que rodea mi testa mientras escribo. Estoy seguro que si llegaste a estas líneas, logré transmitir mi mensaje, logré contagiarte mi ladilla y, por ende, no soy el único bolsa. :)